jueves, 26 de febrero de 2015

¿Hacerlo o no hacerlo?



Una de las grandes enseñanzas que me dejó el maestro Álvaro Tineo en su libro “La anti-seducción” es la idea de que el hombre valioso siempre, ante la duda, piensa que la situación irá o terminará a su favor. Y es una habilidad que puede ser muy útil en cualquier aspecto de nuestras vidas no sólo en la seducción.

Una de las grandes condiciones sociales es la necesidad de ser retroalimentados, no hacemos algo si sabemos que no seremos recompensados, pensamos constantemente en resultados, al grado de crearnos expectativas demasiado exageradas. Nos volvemos unos obsesivos de la certidumbre, no nos podemos abandonar ni un segundo a la incertidumbre pues la consideramos nefasta y desoladora.

En lo personal he aprendido a disfrutar de la incertidumbre, para mí el no saber qué va a pasar, en vez de estresarme, me hace colocar mayor atención. El no tener la seguridad de las cosas me provoca el buscar la manera de sobreponerme pero sin caer en la obsesión, el mismo sentimiento de incertidumbre es un sentimiento de “yo sé que la respuesta está ahí sólo hay que descubrirla”, con calma, con tranquilidad y paciencia sé que la respuesta llegará. 

Cuando no tenemos la certeza de si la chica nos hará caso o no, de si le gustaremos o no, de si lograremos conquistarla o no, comenzamos a formarnos muchas ideas negativas y desesperanzadoras en nuestra mente, un ejemplo muy sencillo es por ejemplo cuándo la chica no nos contesta los mensajes e inmediatamente pensamos que es porque la verdad no le interesamos, jamás nos ponemos a pensar que tal vez está ocupada, o que en realidad no le hemos generado suficiente confianza, cuestiones que no tienen nada que ver con nuestra persona. Recuerda que la chica en realidad no nos rechaza a nosotros, rechaza la situación o rechaza la “idea” que a lo mejor tiene de nosotros.

La persona que ante la duda y la incertidumbre piensa que las cosas irán mal, que comienza con ideas negativas estará marcando un precedente y su actitud para enfrentar las situaciones será totalmente derrotista, hará las cosas con inseguridad y así es muy difícil que las consiga, se estará venciendo mucho antes de haber terminado el juego.

El que piensa y cree que las cosas se darán como quiere (sin obsesionarse y sin frustrarse si no pasan) es el que finalmente las consigue. El que cree y se siente seguro de que conseguirá el trabajo, que conquistará a la chica, que comprará el auto, que bajará de peso, es que el terminará lográndolo, porque se ha tenido fe en sí mismo, mucho antes y sin la necesidad de que otros creyeran en él. Pero todo esto evidentemente siempre y cuando se ponga en acción, porque no olvides que no sirve de nada tener fe si no se da paso a la acción.

Ante la duda y la incertidumbre siempre siéntete seguro de que lograras lo que quieres, de que las situaciones darán un giro a tu favor, para ello tienes que hacer lo que te toca, y si por alguna razón no consigues lo que quieres no te frustres, velo como un aprendizaje, él único fracaso es no hacer el intento, además, con la mentalidad correcta él éxito llegará, tarde o temprano, en todo lo que te propongas.

A convertirse en mejor versión de sí mismos.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Si quieres a la chica tienes que invertir



El cine, la televisión, el internet y prácticamente toda la sociedad nos ha enseñado a los hombres que si queremos conquistar a la chica tenemos que ser muy detallistas, llenarlas de regalos como osos de peluches, flores, chocolates, etc. “Si quieres ganarte a la chica tienes que invertir” ese es el mensaje que nos dan a entender.


Y esto muchas veces se refuerza cuando escuchamos a nuestra amiga con la que siempre hemos querido “algo más”, pero que nos ha mandado a la friendzone, haciendo comentarios como “Ay, quisiera que un hombre me regalara flores” o “Si un hombre me regalara ese oso de peluche gigante seguro me enamora”, a lo que tú todo un oportunista de primera decides arriesgarte por fin y le llevas el oso gigante para que termine pegándote en la frente el ya típico: “ay qué lindo  eres, muchas gracias, pero en realidad ahora no puedo corresponderte, no quiero arriesgar nuestra amistad”.


Te voy explicar que pasó en cámara lenta, cuando una chica dice “Me gustaría que un hombre me regalara ese oso de peluche gigante” en realidad lo que está diciendo es “Me gustaría que el HOMBRE QUE ME GUSTA me regalara ese oso de peluche gigante”, aprende esta lección:


“No son los detalles, es el hombre que los da”


Las mujeres, por lo menos las que valen la pena, no quieren recibir detalles de cualquier hombre, quieren recibir esos detalles de un hombre que las atraiga, no sé si me estoy explicando, a ella no la enamoran tus regalos, la tienes que enamorar TU. Los regalos son sólo eso, un detalle, que tú debes de entregar porque en verdad así lo deseas, sin esperar nada a cambio, porque esa es tu naturaleza de ser generoso y abundante con lo que entregas. Pero si no has generado atracción en la chica por quien eres, por tu persona, estarás perdiendo tu tiempo gastando en cafés, cenas, flores, peluches o cualquier cosa que le des a la chica si ella no se lo ha ganado, si ella no ha hecho algo por ti o si no te ha dado muestras de que le interesas.


Incluso las chicas que realmente vale la pena seducir muchas veces pueden pensar, que si les das muchos regalos y además caros, lo que estás dando a entender es que en realidad lo que quieres es comprarlas, que no tienes la capacidad de conquistarla más que con dinero, y una chica inteligente y hermosa ve otras cosas más valiosas en ti como ser humano antes que el dinero que tengas.


A la mujer a la hora de conquistarla realmente le importa muy poco en qué trabajes, qué hagas, qué hayas hecho, qué hayas logrado o que cosas tengas, ella lo que quiere es conocer al hombre que realmente eres sin todas esas cosas, tu carácter, tu sentido del humor, la manera en que enfrentas la vida, tu mentalidad, el cómo la tratas, el cómo tratas a otras mujeres y en sí en cómo tratas a todo el mundo, eso es lo que en REALIDAD las enamora, no los regalitos.


Ánimo y a construirse todos los días.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Las tres grandes enseñanzas que me dejó el Diario de Ana Frank



Hace unos días terminé de leer el libro del Diario de Ana Frank, se trata de la historia de una niña alemana y judía que vivió en tiempos de Adolfo Hitler, ¡vaya suerte la suya!, y que por obvias razones ella y su familia tuvieron que mudarse al vecino país de Holanda. 

Ana Frank recibió su diario como regalo de cumpleaños semanas antes de que se escondieran en el piso clandestino de un edificio donde trabajaba su padre. En el Diario narra el tiempo que vivieron escondidos desde 1942 a 1944 cuando fueron descubiertos. 

Es por eso que a continuación presento las tres grandes enseñanzas que me ha dejado el Diario de Ana Frank y que sin duda pueden sernos útiles en nuestro desarrollo personal y social:


1.- En los momentos límite aparece nuestra verdadera personalidad: Decía Ana Frank que “…no conoces una persona hasta que se ha tenido una verdadera discusión con ella” y yo diría que no sólo no conoces en realidad a una persona hasta que discutes con ella, sino hasta que no la ves encerrada, enferma, o metida en problemas graves. Los momentos LÍMITE del ser humano son los que nos hacen mostrar nuestro verdadero carácter, de qué estamos hechos. Formémonos un carácter que pueda resistir y mostrar lo mejor de sí en los peores momentos.

2.- En los momentos más horribles todos somos iguales: En el caso de una gran guerra, de sufrimientos, grandes desastres, en la pobreza, en la enfermedad, todos somos iguales. Ana Frank comentaba como en su vida “anterior” eran ricos, vivían en la opulencia, y como esa vida de privilegios se había esfumado como si se tratara de un sueño lejano que jamás volvería. No importa lo rico, famoso o importante que seas, cuando llega la desgracia eres igual que los demás y no te queda nada más que encontrar la felicidad interior, esa que olvidamos pensando que se encuentra “allá a fuera”. De ahí que también aprendamos a vivir con humildad independientemente de las condiciones en las que vivamos o las cosas materiales que tengamos.

3.- Los momentos difíciles de la vida son para seguir preparándose: Lo que ha llamado más mi atención del Diario de Ana Frank es que de las ocho personas que estuvieron encerradas ninguno dejó de leer libros y de prepararse, incluso tomaban cursos por correspondencia. Unos más que otros, pero todos continuaron educándose, la misma Ana Frank describe que estudiaba “taquigrafía francesa, inglesa, alemana y holandesa, geometría, algebra, historia, geografía, historia del arte, mitología, biología, historia bíblica, literatura holandés, biografías, libros de historia y a veces novelas y libros de esparcimiento.”

Ahora comprendo porque los países europeos que se levantaron de la Segunda Guerra Mundial ahora son potencia mundial, sus ciudadanos tienen la mentalidad de que los momentos más difíciles y más aciagos son una gran oportunidad de seguir mejorándose, incluso, ahora creo que son en esos momentos, en los que con más razón tendríamos que prepararnos, porque así estaremos listos para cuando nuestra situación cambie y entonces sí alcanzar el éxito de manera más rápida y con resultados aun mejores.

Ana Frank es una maestra de vida, es la muestra de que el verdadero encierro está en nuestra mente, que jamás valoramos la oportunidad de ver el cielo azul y el respirar aire fresco hasta que ya no la tenemos, que la felicidad está más cerca de lo que nos imaginamos. El Diario de Ana Frank es de esos libros que pueden ser leídos en distintas etapas de nuestra vida y siempre le encontraríamos una enseñanza acorde a las circunstancias que estemos pasando. 

Mi homenaje y mis más grande admiración y respeto a todos aquellos que sufrieron o perdieron la vida durante el Holocausto, que Dios los tenga en su eterna gloria y que sepan que los que aquí seguimos estamos luchando por lograr un mundo mejor.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Es mi naturaleza



Dicen que éste es un mundo (el occidental) donde el hombre es el sujeto observador y la mujer el objeto observado. Entiendo sí, que hoy se ha dado una mayor apertura a que las mujeres también observen, dicen que ellas también “voltean” a ver al trasero de ellos, pero lo hacen de una manera más sutil y menos frecuente de lo que lo hacemos nosotros. Es decir, aunque corran tiempos modernos la mujer sigue siendo vista como ese objeto de deseo y no son pocas las que se quejan de los terribles y vulgares piropos que reciben al llevar una minifalda o unos pantalones muy ajustados por la calle, y qué decir de las miradas, literalmente, se han provocado accidentes viales por “culpa” de un buen par de piernas.

Y ese es el punto que quiero resaltar, ¿porqué como hombres tenemos que ponernos como babosos al ver una chica atractiva en la calle? este es otra de las enseñanzas básicas de la seducción, el aprender a no perder la cabeza por el físico de las mujeres. ¿Qué demostramos cuándo al ir por la calle volteamos a ver descaradamente el trasero de las chicas? Demostramos que estamos URGIDOS, que nos hace faltan mujeres, que tal vez nunca hemos tenido a una mujer de esas proporciones en nuestra cama y por eso mostramos tanta exaltación. Jamás olvidemos que una de las primeras razones por las que las chicas nos descartan es porque se dan cuenta que andamos urgidos, que necesitamos sexo, eso nos vuelve tremendamente repulsivos a sus ojos. Lo mismo pasa con los piropos groseros, por lo menos, yo jamás he visto que tras recibir un “piropo” vulgar en la calle, la chica guapa se haya regresado con el chico o los chicos que le gritaron eso a decirles “Ay gracias, que lindo, vamos a dar una vuelta”, al contrario, la chica piensa de él o ellos que son unos estúpidos y hasta puede llegar a sentirse asustada.

Hombres por favor ya dejen de ser así de maleducados al ver una chica guapa en la calle, quién usa este tipo de expresiones en vía pública lo que hace es reforzar para sí mismo una actitud de necesidad y de escasez, y además de dar una pésima imagen a la sociedad. No tienen el valor de acercarse a la chica guapa, DE FRENTE, y decirle algo más decente como: “Hola, disculpa que me acerque de esta manera, pero me has parecido una chica muy atractiva y me gustaría conocerte”, eso marcaría una enorme diferencia, y la chica a lo mucho se sentirá sorprendida pero para nada ofendida.

Algunos hombres se defienden diciendo “es que es una necesidad… es natural que me gusten los senos y el trasero de las chicas”, sí, el sexo es una necesidad natural pero de ninguna manera se justifica que nos pongamos como locos depravados, llenos de emoción, al ver una mujer en la calle, por ejemplo, el comer también es una necesidad natural y no por eso cuando vamos por la calle y pasamos por una pastelería o un restaurante nos ponemos como locos a babear y hacer un jolgorio por esa comida, lo que pasa es que la comida es una necesidad que tenemos cubierta, tenemos comida a nuestra disposición cuando y donde nos plazca, por eso cuando un chico se pone idiota al ver un trasero en la calle está dando a entender que es algo que no tiene y que no puede conseguir.

El hombre es más atractivo cuando da a entender que no está urgido de sexo, tiene cubierta su necesidad y por eso no pierde la cabeza por chicas guapas. Sé que cuando empezamos en esto de la seducción nuestro éxito con el sexo opuesto es bajo pero por eso existe la frase “Haz como si lo fueras hasta que lo seas”, tienes que actuar como si tuvieras muchas mujeres en tu vida, PIENSA EN ABUNDANCIA, cuando andes por la calle o en cualquier lugar no te muestres como baboso cuando veas a una chica súper atractiva, es más, haz como si ni te dieras cuentas, para ti esa chica es normal y su cuerpo no te impresiona. Ellas notarán que su belleza no te impone, que eres un hombre que tiene todas sus necesidades cubiertas y por lo tanto empezarás a volverte más interesante a sus ojos.

Ánimo y un abrazo a todos y todas.