jueves, 12 de enero de 2017

Los Miserables de ayer hoy

Es el segundo libro que leo de Víctor Hugo, el primero fue el del Jorobado de Notre Dame (si ya sé que el nombre correcto es “Nuestra Señora de París”), lo leí siendo un adolescente, y no sobra decir que claro que el libro no tiene nada que ver con la famosa película de Disney, lo cual es muy positivo si eres un adolescente y muy negativo si eres un niño.

Debo decir que ha sido muy agradable reencontrarme a Víctor Hugo ahora en mi etapa de adulto-joven, me parece un autor simple y elegante a la vez, claro y profundo con los detalles. Me da la impresión de que cuando escribía, las ideas le brotaban de una forma muy natural.

Pero lo más interesante de Víctor Hugo es que siento que estoy leyendo a un escritor del siglo XXI que describe historias del siglo XIX. Lo siento tan actual, como si hubiera sabido que las personas lo iban a estar leyendo 150 años después, como si quisiera dejarnos esas hermosas memorias de lo que él veía en Paris, historias donde se mezcla la realidad, la fantasía, el drama y la vida de los ciudadanos comunes y corrientes. Tal vez por eso suena tan actual.

Es por eso que “Los Miserables” me ha fascinado, porque sus personajes los podemos encontrar fácilmente en los pueblos y ciudades de hoy. No es difícil imaginar un perseguido por la justicia como Jean Valjean, o cuántas madres solteras como Fantina no hay que literalmente dejan la vida por sus hijos, y quién no se ha topado con gente “aprovechada” como los Thenardier.

“Los Miserables”, ¿es una novela cursi?, sí, ¿es un historia predecible?, claro, pero, ¿deja por ello de de ser menos valiosa?, de ninguna manera. “Los Miserables” tiene el poder de ponernos en los zapatos de aquellos seres que han sufrido más de la cuenta, que han conocido las desgracias mas grandes a las que puede ser expuesto un ser humano: guerra, hambre, pobreza, enfermedad y abandono.

Víctor Hugo no era un simple escritor de novelas, sus historias tienen mucho de crítica y de reflexión social, son espejos de nuestra realidad. Él quiso plantar  muchas “semillas” en nosotros con sus escritos, ojalá muchas de ellas germinen y nos vuelvan un poco más humanos y atentos con los demás.

Les mando un gran abrazo.

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martes, 10 de enero de 2017

México, ¿Cómo fue posible esta situación?

Hasta parece que el gobierno nos estuviera presionando, como si quisiera saber de qué somos capaces, a lo mejor ni nosotros sabemos de qué somos capaces. Tal vez en el fondo nos esté dando gusto lo que está pasando con los saqueos y los bloqueos, lo preferimos a seguir viendo que todo siga igual.

Pero ¿por qué permitimos que nos pasara esto?, parece como si no estuviéramos atentos a nuestro alrededor, estamos tan acostumbrados a la “zona de confort” que mientras nada la altere, nada haremos. Es decepcionante y es lamentable, deberíamos levantar la mirada de vez en cuando y notar todo aquello que nos rodea, tal vez los demás nos necesitan y ni enterados estamos.

Los políticos de la misma manera están acostumbrados a su “zona de confort”, lo traen de "sangre", para ellos es normal el estilo de vida que se pagan con los impuestos, viven en otra realidad, su realidad, por eso hasta ellos se sorprenden, por eso no tienen las respuestas y por eso nos preguntan “¿y ustedes qué hubieran hecho?”.

Se dice que para cambiar debemos empezar con los niños, pero más bien deberíamos empezar por nosotros, los “grandes”, por los que deberíamos de tener más conciencia y más responsabilidad, los niños sólo aprenden y hacen lo que nosotros hacemos. Ellos podrían darnos más lecciones de las que podríamos darles nosotros a ellos.

El mundo es así, cada quien vive en su mundito particular, y no nos percatamos hasta que vemos a un grupo de vándalos asustando al vecindario, pero no tendríamos que llegar a ese extremo.

Si tan sólo pusiéramos más atención, si nos ocupáramos más, sólo un poco, sólo eso, de esa manera cambiarían las cosas, el pequeño esfuerzo de cada quien se coinvertiría en un gigantesco esfuerzo de toda una sociedad, de una sociedad que tendría que levantarse por las mañanas y pensar cómo podría salir adelante.

México, este grandioso país, nos pide que despertemos, que mejoremos el mundo, que recuperemos el medio ambiente, que cuidemos de la familia. Ojalá entendamos que si hacemos por el bien de los demás será un bien que nos será devuelto. Se trata de la ley de acción y reacción. Nada es casualidad, todo tiene una razón de ser.

El año es joven, nosotros también lo somos, y mientras haya vida hay manera de hacer algo, aunque suene como lo dice el personaje Morgan en la serie de Walkindg Dead.

Animo México, los quiero, podemos hacer mucho y cambiar la historia.

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jueves, 5 de enero de 2017

En serio, no te tomes tan en serio

¿A quién le han recordado a su madre?... Creo que casi a todos, a mí, no tantas veces, que yo recuerde, o por lo menos que me haya dado cuenta. Y miren que siendo profesor este tipo de alusiones son muy comunes. Pero comento esto porque hace unos días un individuo me mandó ese florido saludo mediante Facebook y, como les digo, al no ser algo tan común para mi, pues de entrada me pareció ofensivo.

Pero me puse a analizar, como tanto me gusta hacerlo, cuál era la razón de mi enojo o de sentirme ofendido, ¿de dónde radicaba?, sí, a nadie le gusta que lo insulten, pero ¿por qué no nos gusta?, ¿es a caso una cuestión de ego? Sentimos que nadie tiene derecho a decirnos nada, o ¿es caso una cuestión de justicia? Si yo ofendo a las personas, las personas tenderán a ofenderme.

En ese sentido también me puse a pensar qué pasaría si hubiera sido lo contrario, que en vez de recordarme a mi madre, me hubieran hecho el día con piropos y halagos, entonces mi sentimiento hubiera sido distinto, tendría mi ego en lo alto y no estuviera escribiendo este post.

Lo anterior me hizo recordar aquella vieja teoría psicológica que habla del “condicionamiento”, básicamente dice que respondemos a estímulos, un estímulo (premio, castigo, insulto, piropo, regalo, sonido, olor, comida, etc.) provoca en nosotros una respuesta casi de manera automática e inconsciente (psicólogos/as, disculpen si no fui técnicamente tan exacto).

De tal manera que parece que la sociedad nos programó para que cada vez que nos dijeran un insulto nos sintiéramos mal y cada vez que nos dijeran un halago nos sintiéramos bien. Y no me malentiendan, el que sepamos distinguir cuando nos tratan mal de cuando nos tratan bien quiere decir que estamos sanos mentalmente, de esa manera nos damos cuenta cuando una persona nos puede llegar a hacer daño y en consecuencia alejarnos de ella.

El punto es que terminé comprendiendo que a veces simplemente no hay que tomarse las cosas tan en serio, el problema es que nos estamos dejando influir demasiado por la sociedad, si recibimos muchos “likes” en Facebook nos sentimos personas atractivas y valiosas, estamos dejando que los demás controlen cómo debemos sentirnos con nosotros mismos, si nos insultan nos sentimos abatidos, si nos halagan nos sentimos como Dioses.

Sólo nosotros podemos decidir cómo sentirnos y cómo reaccionar, si ofendemos hay que pedir disculpas, si nos ofenden no caigamos en el enfrentamiento. Al controlar nuestros sentimientos controlamos nuestra vida.

Y en serio, no te tomes tan en serio, la vida es hermosa.

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Mi fotografía de escritor

¿Que quién me dijo que era bueno para redactar? Pues mi maestra de primaria, la maestra Araceli, y debo decir que es algo que siempre me llenó de orgullo, parece que siempre he contado con esa habilidad de organizar las palabras. Pero nada más, tengo la habilidad para escribir por encima del promedio, pero nada más, no he escrito lo suficiente ni en calidad ni en cantidad como para vivir de ello, aún.

Hoy tal vez sí esté en camino de convertirme en escritor o autor, y me queda claro que es durísimo, que me cuesta mucho, que es complicado cuando no tengo bien claras las ideas.

Veo a la escritura no necesariamente como una pasión, más bien como un talento o una habilidad que debo aprovechar, dicen que Dios nunca nos manda a esta tierra sin lo necesario para vivir, es por eso que cuando no escribo siento que estoy desperdiciando un talento que me fue dado, un talento con el que puedo servir y ayudar a las personas.

Finalmente, ningún talento triunfa por sí solo, se necesita practicarse una y otra vez, mejorarse continuamente, la disciplina siempre vencerá al talento cuando el talento no se esfuerza.


Un abrazo a todos.
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martes, 3 de enero de 2017

La felicidad a un click de distancia

   Tengo 31 años y de algo estoy seguro, la vida no es fácil, y la verdad estoy contento de que no lo sea, pero, ¿Porqué tendría que ser fácil?, lo poco o mucho que he logrado me lo he ganado, a veces con más esfuerzo, a veces con menos, pero de ninguna manera desearía que las cosas fueran diferentes, y si tuviera la oportunidad de volverlas a hacer, tal vez me esforzaría más porque sabría que los resultados serían mayores y mejores.

    Esta reflexión surge de la enorme cantidad de imágenes, memes, propagandas, estados en redes sociales o publicaciones en internet que hablan de conseguir las cosas de manera fácil, bajar de peso, conseguir mucho dinero, tener a una persona que nos ame, y… cuando no los consigues… rezar, rogar al universo, frustrarte, maldecir a los ricos, ser rencoroso(a) con el sexo opuesto y pensar que simplemente no sirves para nada y que no vale la pena estar aquí.

   Pero con esa actitud, no me sorprende que el mundo esté como esté, que no consigas lo que quieres. Si maldices a los ricos nunca serás rico, si tienes envidia de las parejas felices no creo que el amor toque a tu puerta próximamente.

   Necesitamos entender que lo que en verdad deseemos nos va costar y, al final, más que el resultado alcanzado, lo que te dará alegría es el esfuerzo que imprimiste. Te aseguro que nunca lamentarás haber trabajado por tus sueños, ya sea que los alcances o no, la felicidad se encuentra en el proceso, no en la meta.


Que sea un maravilloso 2017.